Cardiff.- Científicos europeos desarrollan en la universidad de la capital de Gales, Cardiff, el proyecto denominado EchoBeach por el que pretenden estudiar planetas extrasolares con un telescopio instalado en un gigantesco globo de un diámetro de más de 160 metros que tienen previsto lanzar al espacio en el añ;o 2017.
Se trata, en cierto modo, de la reedición de las sondas espaciales Vega 1 y 2 que la extinta URSS lanzó en 1884 para cubrir una serie de objetivos, entre otros, la exploración de Venus y la del cometa Halley. Entonces dichas sondas lanzaron en la atmósfera de Venus globos equipados con aparatos de investigación
Pero el globo europeo no se alejará mucho de la Tierra y planeará libremente a cuarenta kilómetros de altura. Allí las condiciones para las observaciones astronómicas son ideales: casi toda la atmósfera, el 99,5 % de la masa, está concentrada debajo de ese nivel. El aire vuelve difusa la imagen y, por eso, en las condiciones terrestres se utilizan complicados instrumentos ópticos de adaptación.
El telescopio británico instalado en el globo será infrarrojo. Durante su creación los constructores deberán resolver complicados problemas, según el jefe del Departamento de Física de los Sistemas Solares del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencia de Rusia, Oleg Malkov: “El mayor problema es el de la estabilización. Lo importante durante las tomas es mantener el telescopio apuntando a un mismo punto. Otro problema importante es el de la refrigeración. Para la recepción de radiación infrarroja el propio telescopio no debe emitir radiaciones. Todo el dispositivo debe estar a temperaturas criogénicas.