El hasta ahora primer aeropuerto nacional, Madrid-Barajas, el emblemático buque insignia de Aena, ha cedido por primera vez su primacía en el tráfico de pasajeros en favor del barcelonés El Prat más que por mérito de éste, por defecto de aquél, que sigue perdiendo pasajeros sin que el Ministerio de Fomento ni el gestor aeroportuario hayan dado una explicación.
Durante el pasado martes, el Gabinete de Comunicación de Aena -que emitió hasta 13 notas de prensa sobre el tráfico en la red aeroportuaria, pero sin hacer públicas las estadísticas mensuales de la misma que aparecen en la web en la primera decena de cada mes- ocultó sistemáticamente la cifra de pasajeros del aeródromo madrileñ;o, consolándose con el anuncio de que “el aeropuerto de Madrid-Barajas ha cerrado el mes de agosto con la menor caída porcentual de pasajeros del añ;o, un 11,7%”. Dicho con números, en un verano turísticamente bueno, como se ha encargado de anunciar el Gobierno, 3.801.929 fueron los viajeros que pasaron por Barajas en agosto de este añ;o, más de medio millón menos que en el mismo mes del pasado añ;o, que ya arrojó un 10% menos que en agosto de 2011.
La realidad, ocultada por los servicios informativos de Aena y que delatan sus propias estadísticas es que el aeropuerto madrileñ;o ha registrado en agosto de 2013 prácticamente el mismo volumen de pasajeros que ¡hace nueve añ;os! y se ha visto rebasado ahora por el aeropuerto barcelonés por más de 100.000 viajeros cuando en 2004 Barajas superaba a El Prat en más de 1.200.000.
Pero lo que es verdaderamente serio y preocupante es el descenso continuado del tráfico de pasajeros en el aeropuerto madrileñ;o. Baste recoger, como reflejan las estadísticas oficiales de Aena, que en los dos últimos añ;os -periodo que casi viene a coincidir con la gestión del Gobierno del PP, la llegada al Ministerio de Fomento de la ministra Ana Pastor y a la empresa pública gestora aeroportuaria del equipo de José Manuel Vargas Gómez-, en sólo dos añ;os, el aeródromo madrileñ;o ¡ha perdido 7 millones de pasajeros!.
En efecto, en los ocho primeros meses de 2011 Barajas registró 33,5 millones de pasajeros. En el mismo periodo del presente añ;o el aeropuerto madrileñ;o contabilizó 26,5 millones de viajeros. ¿A qué se debe? ¿Alguien tiene una explicación?
Hace dos añ;os, por estas mismas fechas el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, con José Blanco al frente del Ministerio de Fomento, se hallaba pilotando un concurso para la concesión del 90,05% del aeropuerto de Barajas. Tres meses después, con la llegada de un Ejecutivo del PP, la ministra Pastor anuló dicha licitación y justificó esta decisión en “el cambio de orientación del nuevo modelo de gestión”.
La ministra explicó entonces que “el concurso de las concesiones pretendía favorecer la competencia entre los aeropuertos de Madrid y Barcelona, cuando en realidad el objetivo debe ser fortalecer a ambos y a todos, para que compitan a nivel mundial’. Añ;adió, además, Pastor que “las condiciones actuales de los mercados son claramente desfavorables y desaconsejan la continuidad del proceso, pues podría provocar que se redujera el número de ofertas competitivas e incluso el precio a ofertar por ambas concesiones, lo que supondría un deterioro de imagen y una pérdida de valor de nuestros activos que sería irrecuperable para siempre”.
Dos añ;os después, el cambio de modelo de gestión no ha resultado muy positivo que digamos; las condiciones de los mercados no parecen haber mejorado. Aena está empeñ;ada en hacer de Barajas un gran centro comercial al que cada vez acuden menos clientes potenciales y en el que el tráfico de pasajeros y, consecuentemente el volumen de operaciones, disminuye alarmantemente. Mientras, en el resto de los aeropuertos de Europa y del mundo, como confirma la IATA, el número de viajeros crece. Alguien, suponemos, debería dar una explicación, si es que la tiene, claro.