Bilbao.- Las últimas generaciones de aeronaves, como el A380, el A350 XWB y el Boeing 787 -en cuya fabricación participan todas las empresas asociadas al Cluster vasco de Aeronáutica y Espacio Hegan- tendrán el menor consumo de combustible conseguido hasta el momento en aviones comerciales.
Conseguirán un consumo de menos de 3 litros por pasajero a los 100 kilómetros, frente a los 5 litros de las versiones de hace una década, los 8 litros de los aviones de los añ;os 80, o incluso los 5,3 litros de consumo medio por pasajero de un coche. Para lograr estos resultados y los importantes retos planteados para el futuro del sector, las empresas vascas apuestan por la innovación y el desarrollo tecnológico y participan desde hace varios añ;os en los más importantes proyectos de I+D a nivel europeo, la mayoría de ellos dentro de ambiciosos programas dirigidos a la mejora del comportamiento ambiental del transporte aéreo. Una estimación del sector atribuye a la mejora ambiental el 70% de los proyectos de I+D en los que participan estas empresas, lo que permitirá mejoras de las variables de reducción de ruido, de las emisiones atmosféricas, del consumo de combustible y el empleo de nuevos materiales más ligeros, reduciendo así el impacto en el cambio climático.
En conjunto, en 2012 los socios de Hegan participaron en más de un centenar de proyectos de I+D e invirtieron en esta área una partida de 193 millones de euros, el 13,6% de su cifra de facturación anual. El 80% de esta partida procede de financiación propia de las empresas. Gran parte de los proyectos tecnológicos actuales en los que participan tienen como objetivo reducir el peso de la estructura y la resistencia aerodinámica, incidiendo en la reducción de emisiones del C02 emitido por la aeronave, y en conseguir turbinas más silenciosas y eficientes, lo que se traduce a su vez en un menor consumo de combustible y menor generación de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los aviones de hoy son un 70% más silenciosos y consumen un 70% menos que hace 40 añ;os. Sin embargo, la visión de la Unión Europea para la industria aeronáutica en los próximos diez añ;os es que sea un sector aún “más seguro, más limpio y más silencioso”. Así, las administraciones europeas ligan el desarrollo sostenible indisolublemente con el transporte aéreo, un sector que consideran clave para conformar un crecimiento económico europeo competitivo y sostenible en el futuro. De hecho, el transporte aéreo es responsable del 8% del Producto Bruto mundial, genera 29 millones de empleos y en torno al 2% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Con las perspectivas de crecimiento actual del tráfico aéreo en torno al 5% anual (5,3% en el añ;o 2000), se estima que las emisiones de los vuelos internacionales representarían en 2050 el 3% de las emisiones totales de estos gases. Por ello tanto los agentes del sector aeronáutico como los organismos internacionales son conscientes del efecto de la actividad en el entorno y están trabajando para reducir el impacto de la aviación en el medio ambiente, prestando especial atención a las emisiones de gases de efecto invernadero y su implicación en el cambio climático.
Los objetivos ambientales para el periodo comprendido entre 2010 y 2020 están enfocados a conseguir los objetivos establecidos por el programa europeo ACARE (Advisory Council for Aviation Research and Innovation in Europe), con el que se alinean las empresas, y permitirá conseguir en el añ;o 2020, comparándolo con los estándares del añ;o 2000, reducir a la mitad el ruido emitido por las aeronaves, una reducción del 50% de las emisiones de C02 y del 80% de emisiones de NOx y un ahorro de un 30% de combustible.
Entre los proyectos más destacados dentro del VII Programa Marco se encuentra Clean Sky, la principal apuesta europea para investigar en el diseñ;o de la futura generación de aeronaves europeas más respetuosas con el medio ambiente. Con una duración prevista hasta el añ;o 2017, este programa recibe 800 millones de euros de financiación de la CE, a los que se suman otros 800 millones aportados por la industria europea y tiene como misión acelerar los desarrollos tecnológicos de vanguardia y acortar el tiempo de comercialización de las nuevas soluciones, previo ensayo a nivel de avión completo y en vuelo.