Baikonur.- Rusia lanzó el pasado viernes al espacio desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, el biosatélite Bion-M1, el primero desde hace seis años, con roedores, lagartijas, peces, microorganismos y plantas a bordo, según informó la agencia espacial Roscosmos.
Pocos minutos después del despegue del lanzador Soyuz-2.1a, Bion-M1 se separó de la tercera etapa del cohete para entrar en la órbita prevista, a unos 575 kilómetros sobre la Tierra. Varios microsatélites incorporados a Bion-M1 -los alemanes Beesat-2, Beesat-3 y SOMP, el estadounidense DOV-2 y el ruso Aist- se irán separando en los próximos días.
Según recoge la agencia rusa RIA Novosti, en el biosatélite viajan varios ejemplares de la misma subfamilia de roedores que ya pasaron dos semanas en la órbita a bordo del satélite Fotón-M3, en 2007, tal como indicó el subjefe científico del proyecto, Evgueni Ilyín. Ahora, los científicos rusos se proponen evaluar cómo influye en estos animales una permanencia más prolongada en las condiciones de ingravidez.
El programa de la misión prevé diversos experimentos biotecnológicos, en particular, para comprobar la biodegradación de servilletas, vendas, ropa y otros materiales que se van acumulando durante vuelos espaciales. “Intentaremos disolverlos con la ayuda de microorganismos. Ello permitiría transformar grandes pesos y cantidades en otros, menores”, explicó Ilyín.
El satélite orbitará en torno a la Tierra durante 30 días a una altura de 575 kilómetros y permitirá a los científicos acumular nuevos datos sobre los efectos de ingravidez sobre seres vivos. Al cabo de un mes, Bion-M debe aterrizar en Kazajistán.